Sacrificios...

"No es un sacrificio vivir el Evangelio de Jesucristo. Nunca es un sacrificio cuando recibimos más de lo que damos. Es una inversión. . . una inversión más grande que cualquier otra. . . Sus dividendos son eternos y perdurables" (Teachings of Gordon B. Hinckley, págs. 567–568).

Recordé esta frase en estos días al aceptar la invitación a nuestro barrio Rexburg 19th de hacer la limpieza del Templo de Rexburg, Idaho el jueves pasado. Durante mi tiempo como Obispo recibimos muchas veces la invitación para limpiar el Templo de San José Costa Rica como barrio; siempre fueron momentos especiales que pudimos compartir entre nosotros. A pesar de los desafíos de encontrar las personas necesarias siempre nos esforzamos por aceptar y aprovechar cada una de esas oportunidades. La limpieza se efectuaba los sábados en la tarde.

La verdad es que al estar en Costa Rica nunca me imaginé que hubiera Templos donde, por motivo de los horarios de servicio a los miembros, no hay un momento en la semana en que se pueda hacer limpieza durante el día como barrio; así que las asignaciones son de 10 de la noche hasta media noche. Tal es nuestro caso.
Cuando nos veamos tentados a pensar que estamos sacrificando mucho, pensemos en que alguien, en algún lugar está sacrificando mucho más, y que hubo Uno que en realidad lo sacrificó todo.